La microbiota está compuesta por bacterias, hongos y parásitos que conviven en un estado de equilibrio. Cuando éste se rompe, debido al exceso de estrés, de medicamentos o por la contaminación ambiental, ciertas bacterias patógenas invaden a lo largo de tracto digestivo, el espacio de otras. Por lo tanto se comprometen funciones tan importantes como la digestión, la inmunidad provocando un aumento de la inflamación o la endocrina, alterando la producción de serotonina. Esta hormona es importante para el equilibrio emocional o para el transito intestinal.